Por Aníbal Sattler
Estoy convencido de que el principal desafío al interior de las instituciones consiste en fortalecer las propuestas de bienestar universitario con la consigna ineludible de la inclusión. Esto implica saber sortear debates tramposos que se tiñen de ideológicos pero solo resultan funcionales a aquellos sectores beneficiados con el modelo excluyente que impera. Decididamente, debemos volver a mirar hacia adelante para dotar de un carácter inclusivo a las políticas de bienestar, lo que traerá aparejado la renovación de las expectativas de los estudiantes que eligen formarse en la universidad pública (y de aquellos que hoy no están ni siquiera pudiendo elegir cómo vivir).
Por Rodrigo Luis Olmedo
"Articulación y vinculación son procesos necesarios en la dinámica organizacional de los espacios de bienestar universitario en nuestro sistema de educación superior. La lógica de actividades y servicios orientados a mejorar las condiciones de ingreso, permanencia y egreso de los estudiantes requiere, a la luz de los cambios abruptos de nuestra sociedad, la necesaria vinculación con sectores de comunión en nuestras temáticas. La perspectiva de género y la aplicación de los protocolos de violencia que se han desarrollado en casi todas las universidades.
Procuramos proponer el andamiaje conceptual desde el cual se formulan tanto las preguntas como las respuestas, en este proceso de indagar sí la función primordial de la Secretaría de Bienestar Estudiantil consiste en compensar la desigualdad en las oportunidades de los estudiantes, que nacen de las disparidades de las condiciones socio – culturales – económicas de origen.
En primer lugar, analizamos cuál es la normativa vigente que garantiza al ciudadano la posibilidad de acceder a la educación superior, si es que así lo desea, y por la cual las universidades públicas deben propender hacia la implementación de políticas sociales – sin dejar de lado la formación académica del futuro profesional – para permitir y efectivizar dicho derecho.
Por Gabriela Balls
Es necesario concebir a la universidad moderna desde las ideas progresistas que propenda a la inclusión de la diversidad que brindan los diferentes territorios. La universidad ha asumido dicho desafío en los últimos años. Abrió nuevos comedores, guarderías, consejerías de género: asumió la tarea de compartir no sólo nuevos saberes si no también nuevos derechos en pos de promover una "nueva" ciudadanía universitaria. Así creó espacios en los que se fomenta el desarrollo de derechos universales con el objetivo de contribuir a un desarrollo más integral en los estudiantes. Para ello, se debe generar otras oportunidades que no sólo implique abrir carreras y desarrollar conocimientos estratégicos para las comunidades; hoy resulta imprescindible también aprender de los territorios y comenzar un camino de mutuos aprendizajes vinculados a la integración social, la salud integral, el deporte y la vida saludable.
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